Misión

En cada uno de los humildes productos y servicios que podamos ofrecer —editoriales y gráficos—, está contenida una realidad orientada a la mayor gloria de Dios.

Nuestro trabajo es un apostolado familiar que desempeñamos desde las entrañas de un amor sacramental, inflamados por el Espíritu de verdad que nos ha de guiar a la verdad plena, previniéndonos de errores pasados, equipándonos frente a errores que vayan apareciendo, e íntegramente sujetos a la autoridad de la Iglesia universal.

«El Señor mismo creó la sabiduría, la contempló, la midió y la ha infundido en todas sus obras, en todo viviente, conforme a su generosidad, y la ha comunicado a los que le aman.»

Eclesiástico 1,9-10

Visión

Queremos acompañarle con buenas obras por un camino ascendente y ordenado, que pasa por vías de sabiduría y belleza.

El conocimiento que hallará en nuestras ediciones se orienta a la verdad y al bien, buscando la unión íntima con Dios y participando de su perfección como seres contingentes que somos, dirigidos —por medio de la gracia— a la absoluta, autónoma e ilimitada claridad de Dios.

«Porque ahora vemos como en un espejo, borrosamente; entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de modo imperfecto, entonces conoceré como soy conocido.»

1 Corintios 13,12

Acción

Esperamos, con perseverancia y perfectibilidad, ser un ejemplo en el ámbito editorial católico hispánico.

No buscamos tratar simplemente con un género de los muchos frutos «culturales» de la religión —que provienen de Dios y a Él pertenecen— ni queremos fomentar con nuestro trabajo el efecto narcótico que suscita en las mentes secularizadas la memoria de «glorias» y gestas santas en tiempo pretérito. Nuestro objetivo es influir, como si dependiera de nosotros, pero sabiendo que en realidad depende de Dios, en la reconstrucción de la cristiandad y la gloria católica de las Españas, que es gloria de Dios en toda su santa Iglesia.

«Los que duermen, de noche duermen, y los que se embriagan, de noche se embriagan; pero nosotros, que somos del día, mantengámonos sobrios, estemos revestidos con la coraza de la fe y de la caridad, con el yelmo de la esperanza de salvación.»

1 Tesalonicenses 5,7-8